Letanía en Honor a Santa Ana por nuestros hijos

 




Señor, ten piedad de nosotros;

Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros. 

Cristo, óyenos;
Cristo, escúchanos.

Dios, Padre del Cielo;
   ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo;
   ten piedad de nosotros.
Dios, Espíritu Santo;
   ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, Un Solo Dios;
   ten piedad de nosotros.

Santa María, Nuestra Madre y Madre de Jesús,
   ruega por nosotros y nuestros hijos.
Santa María, hija sin mancha de San Joaquín y Santa Ana,
   ruega por nosotros y nuestros hijos.
San Joaquín, padre de la Santísima Virgen María,
   ruega por nosotros y nuestros hijos.
San Joaquín, descendiente prometido de Abrahám y David,
   ruega por nosotros y nuestros hijos.
San Joaquín, venerable patriarca,
   ruega por nosotros y nuestros hijos.
San Joaquín, santo esposo de Santa Ana,
   ruega por nosotros y nuestros hijos.
San Joaquín y Santa Ana, modelos luminosos de desposados Cristianos,
   ruega por nosotros y nuestros hijos.

Santa Ana, dama real,
   ruega por nosotros y nuestros hijos.
Santa Ana, gloria de la Casa de David,
   ruega por nosotros y nuestros hijos.
Santa Ana, fiel y amante esposa,
   ruega por nosotros y nuestros hijos.
Santa Ana, venerable modelo de mansedad y humildad,
   ruega por nosotros y nuestros hijos.
Santa Ana, brillante ejemplo de obediencia santa,
   ruega por nosotros y nuestros hijos.
Santa Ana, espejo esplendoroso de la paciencia y la resignación,
   ruega por nosotros y nuestros hijos.
Santa Ana, clase perfecta de devoción y piedad,
   ruega por nosotros y nuestros hijos.

Santa Ana, viñedo fructífero,
   ruega por nosotros y nuestros hijos.
Santa Ana, brindando instrucción sabia y entrenamiento cuidadoso a tu niña,
   ruega por nosotros y nuestros hijos.
Santa Ana, madre merecedora de la Madre de Dios,
   ruega por nosotros y nuestros hijos.
Santa Ana, tierna madre de todas las vírgenes,
   ruega por nosotros y nuestros hijos.
Santa Ana, madre brindando auxilio a todas las madres Cristianas,
   ruega por nosotros y nuestros hijos.
Santa Ana, madre consoladora para todas las viudas,
   ruega por nosotros y nuestros hijos.
Santa Ana, bondadosa madre de todos nosotros,
   ruega por nosotros y nuestros hijos.

Santa Ana, refugio para los que sufren,
   ruega por nosotros y nuestros hijos.
Santa Ana, estrella guia para viudas,
   ruega por nosotros y nuestros hijos.
Santa Ana, puerto de seguridad en las tormentas de esta vida,
   ruega por nosotros y nuestros hijos.

Santa Ana, baluarte de la Iglesia,
   te imploramos, Santa Ana.
A través de tus virtudes y méritos,
   te imploramos, Santa Ana.
A través de tu bondad y tu compasión,
   te imploramos, Santa Ana.
A través de todos tus dones y prerrogativas,
   te imploramos, Santa Ana.
A través de tu alta vocación,
   te imploramos, Santa Ana.
A través de tu milagrosa maternidad,
   te imploramos, Santa Ana.
A través de María, tu hija tan llena de gracia,
   te imploramos, Santa Ana.

A través de los júbilos preparados para ti en la tierra por Jesús y María,
   te imploramos, Santa Ana.
A través del honor que te rinden ahora en el Cielo,
   te imploramos, Santa Ana.
A través de tu ¡tan! grandiosisímo éxtasis y dicha,
   te imploramos, Santa Ana.

Cordero de Dios, que quita los pecados del mundo,
   Sálvanos, Oh Señor.
Cordero de Dios, que quita los pecados del mundo,
   Escúchanos, Oh Señor.
Cordero de Dios, que quita los pecados del mundo,
   ten piedad de nosotros.

V. Cristo, óyenos;
R. Cristo, escúchanos.

Oremos
Santa Ana, mi queridísima madre y la mas compasiva protectora, recibe te pido mis pobres esfuerzos en darte honor. Que yo siempre sea devoto/a ti con un corazón lleno de humildad inocente y ¡un espíritu de sincera sumisión!

¡Que tu ejemplo me aliente,
tu intercesión me fortalezca,
tu bondad me consuele!

Permíteme con todo mi corazón encomendarte a mis hijos. Tal como tu la consagraste a María, tu hija llena de gracia, enteramente a Dios, yo te ruego que obtengas para mi la gracia de poder entrenar a mis hijos para Él, y así con ellos poder trabajar con perseverancia hacia el destino final del Cielo.

¡Oh Dios, que te dignaste hacer a la Señora Santa Ana la gracia de que fuera Madre de la Madre de tu Unigénito Hijo! Concédenos por tu bondad y misericordia que los que veneramos a tan gran Santa con particular devoción en la tierra, merezcamos lograr su poderoso patrocinio, para después gozarnos en su compañía en la eterna Bienaventuranza del cielo. Amén


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